Entre las cositas que teníamos pendientes estaba restaurar un muñequito de madera que perteneció a la infancia de una persona muy querida y que había sufrido algunos percances por culpa de la edad.
Se trataba de una conejita de madera que había perdido su oreja derecha y se había quedado tuerta porque uno de sus ojos se había borrado con el paso del tiempo...
He aquí el trágico accidente:
Y aquí nuestro nuevo adorno del árbol de Navidad, después de pasar por el pequeño taller (el ganchito se lo cambiamos después, por eso no está aún en la foto):
Y es que una conejita tan linda... se merecía una restauración :)
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